domingo, 10 de junio de 2007

Cuando el pasado merece la Pena!



Nuestra vida pasa como un sueño tan rápido que solo nos queda vagos recuerdos en blanco y negro. La vida es como una noche para el entendimiento y a veces para la esperanza, pero la vida que hemos vivido, que vamos viviendo, es en tantos momentos son claro como el día y quedan marcado como una cicatriz.

Hay cosas de mi pasado que no quieren renunciar porque lo he vivido intensamente, igual que no quiero renunciar al recuerdo de mis primeros amores, de mi infancia, de mis éxitos, temores y sufrimientos, porque ellos me han hecho lo soy. Bien o mal eso soy!

Los momentos más duros, más difíciles de nuestra vida debemos mirarlos con comprensión. Y sí, es verdad que hemos visto faltas de amor, errores, momentos amargos, pero ¿acaso podemos decir que no hemos sido culpables de algunos de ellos? O que tan solo fui victimas de gente inmaduras o simplemente el destino quiere demostrarme algo y no lo veo ni entiendo.

A todo mi pasado no lo quiero olvidar, porque no quiero que se repita, pero pasado es pasado y hay que dejarlo atrás porque no quiero que nunca nadie se acerque a mi me haga sentir mal y alguien de mi pasado que me hizo sufrir saberlo enfrentar y demostrarle que todo esta olvidado y que no me interesa tenerlo en mi presente ni mucho menos en un futuro, no quiero tener un lata de consejos prefabricada, quiero un corazón que escucha y comprende, no quiero vivir el momento, no quiero ser pasionista, solo quiero ser un ser maduro capaz de saber que es lo que le conviene a mi vida. Porque hemos sufrido,( sí es verdad), pero hemos soñado, hemos amado, hemos luchado, hemos reído, y esos malos momentos no deben de repetirse solo recordar, largos a veces, pero nos han hecho más humanos, más conocedores de la debilidad de nuestra existencia.
El pasado merece la pena cuando es lindo, cuando fue puro, cuando me enseño a madurar, cuando se que no se repetirá porque yo lo supere. Hay personas, hecho y vivencia que merece seguir en mi mente y mi corazón. Lo demás lo olvidare con firmeza y fe en Dios porque quedara allá atrás y no volverá.

Pero debemos ser sinceros, debemos atrevernos a decirlo, que no todo lo malo fue porque tuvo que pasar, para hacerme mas fuerte y decirle a ese mal pasado que me deje en paz. Sólo entonces, cuando nos atrevamos a reconocer nuestras miserias, cuando nos atrevamos a sonreír ante nuestros recuerdos, podremos andar sobre el camino de nuestra vida con la satisfacción de quien se ha atrevido a vivir, de quien ante la dura existencia decidió asumir el reto de vivir sin miedo a la vida. Y esto, aunque haya traído como consecuencia el sufrimiento y el dolor nos ha engrandecido con un corazón que sabe comprender, y comprender que tendremos la madurez de no dejar que los errores del pasado se repita y que las cosas buenas continué conmigo, como mis grandes amigos y mi maravillosa familia.

1 comentario:

ppeter dijo...

me asusta el tener que ver que MADURO es para ti---.. y no mass duro.er